Leo a Jorge Asís, y no puedo evitar reproducirlo. Escribe en su página, "el regreso forzado de la UCR", y coincido, coincido en todo.
Y pasa lo que narra, y pasa también a nivel provincial. Acierta el escritor, con una claridad envidiable. Así es que, en base a sus palabras, hago aquí mi aporte, sobre la situación política del radicalismo cordobes.
Y pasa lo que narra, y pasa también a nivel provincial. Acierta el escritor, con una claridad envidiable. Así es que, en base a sus palabras, hago aquí mi aporte, sobre la situación política del radicalismo cordobes.
La UCR provincial, al igual que la nacional, se encuentra en situación expectante de poder. Y digo expectante, porque aun se encuentran lejos de tener posibilidades concretas de lograrlo.
En Córdoba, el radicalismo se ha convertido en un partido segundón y 'testimonial' en los últimos DOCE años. Mestre sacó el 40,47% en el '98; Aguad el 33,27% en '03 y Negri el 22,26% en '07. Un partido en de-ca-den-cia.
Hoy, así como a De la Sota en su momento, la historia golpea la puerta de Oscar "El Milico" Aguad, y del radicalismo. Pero estos, para lamento de sus militantes, no terminan aún de percibir, dice Asís, que el poder viene servido. En bandeja. Se les viene encima, cuando apenas están, en pijamas.
Los sorprende este renacimiento tan esperado, de golpe, en un estado similar al de Juan Román.
La UCR aun necesita de tiempo, y de claridad. Resta definir, que se necesita, como agrupación, para volver a ser partido. ¿Ampliar estrategia de alianzas? ó ¿cerrarse hacia adentro del radicalismo? ¿Apoyar un candidato apoyado por las encuestas? ó ¿Apoyar un líder verdadero?
Una cosa deberían tener en claro, al igual que Pino Solanas, que escapa a gobernar la Ciudad Autónoma, por que no puede, de ganar, gobernar. Deben tener claro, los radicales, que no deben volver, si no han aprendido la moraleja de su propia historia.
Y cito textual para terminar:
“No debieran regresar para que se resuelvan, de nuevo, los cíclicos dilemas del peronismo”.
“(…) los radicales tendrían que hacer el esfuerzo desmedido de elevarse. Poner la actitud a punto caramelo. Encarar la proyección superadora que pulverice el circuito previsible. El estigma del fracaso".
“(…) los radicales tendrían que hacer el esfuerzo desmedido de elevarse. Poner la actitud a punto caramelo. Encarar la proyección superadora que pulverice el circuito previsible. El estigma del fracaso".
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